Introducción
Quibdó es la capital del departamento del Chocó, (Colombia) aquel rincón de la selva del pacífico en donde la vida es más lluviosa, más salada, y al mismo tiempo, más alegre y musical. Un lugar caracterizado por el sonido de las tamboras, la fiesta de la chirimía, los bailes y la marimba, -el piano de la selva-; sus ríos, su gente y sus frutos. Quibdó es cuna de una cultura muy rica, más allá de la violencia, el desplazamiento forzado o la pobreza económica. La población afrocolombiana es muestra de una comunidad que cree en sus raíces y que está preparada para curarse de las huellas de la guerra y una comunidad indígena que resiste culturalmente a pesar de todos los pronósticos en su contra. Elegimos este territorio para unir fuerzas, propiciar el aprendizaje, el cambio, la reflexión y la construcción de proyectos de vida de niños, niñas, jóvenes y familias chocoanas.
Como gestores culturales tomamos en nuestras manos la responsabilidad de construir de manera colaborativa con la comunidad chocoana, un espacio para que el arte y la imaginación sean el puente para visualizar nuevas oportunidades, trazar un plan para alcanzarlas y así sembrar la esperanza de un mundo mejor.
Además, creemos en las consecuencias positivas y trascendentes de sembrar inquietudes artísticas en una sociedad dolida y aporreada por un conflicto violento que ha dividido familias y ciudades enteras. En un país como Colombia, en el que nacimos los integrantes de este proyecto, la desigualdad social es causa y efecto de la presencia marcada del conflicto militar más largo de Latinoamérica. Para nosotros la indiferencia y la quietud no son una opción, por esto nos trazamos como objetivo contribuir al cambio social desde del potencial educativo de las artes, a través de la creación de La Escuela Cultural Mojiganga.
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